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Sigue leyendo para obtener asesoramiento práctico para navegar por las transiciones de la vida y cuidar la mente y el cuerpo. También encontrarás recetas deliciosas e inspiración para cocinar, junto con información y recursos descargables para ayudar a controlar tu fibrosis quística (FQ).

Salud

Obtén más información sobre la importancia de practicar una buena nutrición, permanecer físicamente activo y mantener una mentalidad saludable.

Profundizar en la nutrición

Si bien la siguiente información puede ayudarte a tomar decisiones informadas a la hora de comer, siempre consulta con un nutricionista en tu centro de atención de FQ antes de hacer cualquier cambio en tu dieta.

Comprender las grasas

Todos sabemos que una dieta para la FQ consiste en una gran cantidad de grasas; sin embargo, no todas las grasas son iguales:

  • Las grasas vienen en todas las formas y tamaños. Todas las grasas de los alimentos son una mezcla de ácidos grasos insaturados (poliinsaturados o monoinsaturados) y saturados, en diferentes proporciones
    • Entre las grasas insaturadas (aquellas que deseas comer en mayor cantidad) se incluyen los aceites vegetales, los frutos secos y las semillas, y los pescados grasos como el salmón
    • Entre las grasas saturadas (aquellas que tal vez quieras comer en menor cantidad) se incluyen la carne de res con mucha grasa, el pollo con piel, el tocino y los aceites de palma y coco
  • Las grasas realizan una tarea importante. Acumulan muchas calorías, lo que significa que generan más energía
  • Las grasas son en realidad buenas para ti. Son una fuente de nutrientes tales como los ácidos grasos esenciales y la vitamina E. De acuerdo con las Pautas Nutricionales para los Estadounidenses del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), las grasas y los aceites insaturados son parte de los “patrones de alimentación saludables”, entre los que también se incluyen las frutas, las verduras, las proteínas, los lácteos y los granos

Equilibrio de electrolitos

Las personas con FQ son propensas a la disminución de sodio debido a la sudoración. Estos son los casos en los que se necesitan más electrolitos:

  • En cualquier situación que te haga sudar más, por ejemplo, durante el clima caluroso, mientras vas al gimnasio o mientras comes alimentos picantes
  • Durante ciertas enfermedades, como la gripe: la fiebre y la diarrea pueden provocar la pérdida de electrolitos. También recibes menos electrolitos cuando pierdes el apetito

¿Eres el cuidador de niños pequeños con FQ?

Si es así, trata de involucrarlos en la preparación de las comidas. La próxima vez que prepares su plato favorito, ponlos a cargo de agregar 1 o 2 de los ingredientes. Esta es una excelente manera de vigilar su dieta mientras les enseñas una habilidad valiosa que les servirá en la edad adulta.

Mantenerse activo con FQ

Antes de comenzar cualquier actividad o ejercicio físicos, consulta a tu médico para saber qué es lo adecuado para ti.

Las mejoras diarias que pueden derivarse de la incorporación del ejercicio en tu rutina incluyen:

  • Beneficios respiratorios. Cada vez hay más pruebas que sugieren que el ejercicio y la actividad física pueden provocar una mejora de la función pulmonar. También pueden ayudar a las personas con FQ a despejar las vías respiratorias. Traducción: con una mejor eliminación de la mucosidad, los pulmones estarán más sanos. Prueba algunos ejercicos de respiración ahora
  • Relación mente-cuerpo. El ejercicio regular se ha asociado con lo siguiente:
    • Reducción de los síntomas de depresión y ansiedad
    • Mejora de la calidad del sueño
    • Mejora de las funciones cognitivas
    • Mejora de la memoria y la capacidad de prestar atención

Mantenerse motivado

Sigue estos consejos para comenzar:

  • Forma un equipo. Intenta unirte a un deporte de equipo, hacer ejercicio con amigos o conseguir un compañero de entrenamiento
  • Hazlo con música. Haz una lista de reproducción de música para hacer ejercicio de modo que la actividad sea emocionante y te ayude a mantener el ritmo (especialmente durante los ejercicios repetitivos)
  • Establece metas pequeñas y alcanzables. Una vez que se cumplen esos objetivos, puedes usarlos como la base para desafíos más grandes. Por ejemplo, si te gusta andar en bicicleta, trata de andar en bicicleta 1 o 2 millas el fin de semana y avanza hasta recorrer la misma distancia todos los días

Trata de crear los siguientes hábitos:

  • Tener un bolso de gimnasia extra en el trabajo o en el automóvil. De esta manera, puedes ir al gimnasio o salir a correr durante la hora del almuerzo, o cuando quieras
  • Abastecerse de bebidas deportivas. Estas bebidas generalmente están llenas de electrolitos y pueden ayudar a reemplazar los electrolitos que perdiste al sudar
  • No perder el ritmo. Mantén tu rutina de ejercicios bajo control con estas elecciones diarias:
    • Evita el ascensor y usa las escaleras
    • Haz ejercicios de peso corporal sencillos como flexiones, planchas y abdominales mientras miras la televisión
    • Haz las tareas del hogar: una excelente manera de cuidar tu hogar y tu cuerpo

Mantener una mentalidad saludable

Reducir el estrés, mantener una actitud positiva y dormir más son aspectos para mantener una mentalidad saludable. Empieza con bueen pie probando algunos de los consejos y trucos a continuación.

Estas estrategias pueden ayudar a mantener el estrés bajo control:

  • Respira profundo. Se ha demostrado que la respiración profunda reduce el estrés. Aquí hay algunos ejercicios relajantes
  • Prueba algunos ejercicios relajantes. Las técnicas de relajación para aliviar el estrés, como el yoga y la meditación, pueden ayudarte a controlar el estrés y también ayudarte a estimular tu sistema inmunitario
  • Comprueba tu postura. Una postura erguida disminuye el nivel de hormonas del estrés, como el cortisol
  • Recuerda sonreír. Sonreír, aunque no tengas ganas, puede mejorar tu estado de ánimo y aliviar el estrés
  • Contempla la naturaleza. Se ha demostrado que mirar imágenes de escenas de la naturaleza después de un evento estresante puede generar una rápida recuperación de la fuente del estrés
  • Mantén la calma y haz aquello que te haga feliz. Intenta escribir, dibujar o leer: cualquier cosa que esencialmente te dé tranquilidad y te aleje de lo que te estresa

Mantén una actitud positiva con estos 3 pasos:

  1. Reserva tiempo para ver cómo estás. ¿Tienes más dificultad para respirar de lo habitual? ¿No tienes apetito? Sea lo que sea que estés experimentando, anótalo para compartirlo con tu equipo de atención médica
  2. Programa una cita. Programa una cita con tu equipo de atención médica para sentirte más en control de tu salud. Sé lo más específico posible al explicar los motivos de tu visita
  3. Concéntrate en lo que te traiga alegría. Una vez que hayas programado tu cita, trata de organizar una actividad divertida y recuérdate que estás tomando medidas

Aquí hay algunas ideas para ayudarte a dormir mejor por la noche:

  • Trata de desconectar. Considera limitar el uso de la televisión, las computadoras portátiles, los teléfonos y las tabletas antes de acostarte. Trata también de dejar suficiente tiempo entre tus tratamientos y la hora de acostarte. Esto te ayudará a despejar la mente para que puedas dormirte más fácilmente
  • Ponte un par de calcetines abrigados. Calentar los pies fríos le permite al cerebro saber que es hora de irse a dormir. Así que cuanto más rápido te ocupes de esos pies fríos, antes podrás dormir
  • Habla con tu equipo. Para una mayor comprensión de cómo dormir mejor, habla con tu equipo de atención de FQ